¿Dónde os gustaría perderos?
Tengo muchos lugares en mente, de todo tipo. Reales e imaginarios porque en los de ficción, de vez en cuando, también está bien perderse. Por ejemplo, últimamente pienso mucho en Shangri-La. ¿Qué tal se estaría allí ahora? O en Manderley. A la mansión viajaría para ser un fantasma que pudiera espiar los movimientos de todos los habitantes de la casa, hasta de aquellos que ya no están. Aunque a este lugar viajo por culpa de ‘La isla de las musas’, que me lleva mucho a lugares así.
¿Y reales? A la infancia. Pienso en grillos y campas; en higueras y avellanos; en ortigas y moras. En sol y lluvia y en el fuego bajo. En croquetas y en mi abuela. Sí. La infancia puede ser un lugar.
En la fotografía, bajo la lluvia que todo lo vuelve más lúcido, estoy…